Enrique Angelelli | Se puede silenciar al profeta pero no la profecía

Con la esperanza de que la Justicia sea una realidad, como fruto de la Verdad, asistimos en el pasado mes de abril a la exhumación de los restos de nuestro querido Obispo y Pastor Enrique Angelelli. Se asumió este pedido de la justicia a pesar del dolor que significó para familiares, amigos y todos los que en estos 33 años lucharon por esclarecer su asesinato y mantener viva su memoria. La misa de cuerpo presente en la Catedral que se pretendió formal y que el cariño de la gente desbordó en aplausos, cantos, lágrimas expresaron el sentir de un pueblo que reconoce al Pastor que los amó hasta Dar la Vida. Mirando el cajón depositado frente al altar recordamos quiénes somos y a qué estamos llamados, contemplamos la paradoja de la muerte martirial todavía no reconocida que estalla ante nuestros ojos dando abundante Vida.
El apresurado y parcial informe de los resultados de las pericias correspondiente a la necrópsia realizada y la lamentable difusión de las fotos de los restos de Monseñor Angelelli tomadas el día de su exhumación demostrando falta de ética periodística nos llevan a manifestar que estos hechos no sólo agravian el sentir y respeto de nuestro pueblo hacia la persona del Pastor y Profeta querido, sino que desvían intencionalmente la atención de la cuestión principal: Su homicidio por el cual reclamamos Justicia.
Para un buen entender traemos a la memoria de la comunidad riojana lo ya investigado y dictaminado por la Justicia hace más de 20 años. Brindamos este aporte a la Verdad y a la exigencia de urgente Justicia. Por todos los que sostienen y sostuvieron la Memoria, abriendo espacios de encuentros donde todavía seguimos gestando Sueños y Luchas Nuevas.
Comunidades Cristiana Barriales de La Rioja


Dictamen Judicial
Los hechos probados son los siguientes: “Conducía el vehículo Monseñor Angelelli, tomando la precaución de salir desde Chamical hacia la ruta 38 por el trazado viejo de la ruta, para evitar evidenciar su viaje. El Obispo llevaba consigo la carpeta que contenía los antecedentes recopilados en relación al asesinato de los sacerdotes, carpeta que guardó tras el asiento. A unos 6 km. después de pasar la localidad de Punta de los Llanos en dirección a La Rioja otro vehículo que circulaba en la misma dirección, de color claro posiblemente blanco, aparentemente Peugeot 404, alcanzó a la camioneta por la izquierda de ésta encerrándola bruscamente, en el momento que se produce la explosión, perdiendo Pinto el conocimiento en ese momento. La camioneta en tales circunstancias sale a la banquina derecha, para ingresar nuevamente a la ruta, aproximadamente a unos 80m. y vuelca. El cuerpo del Obispo quedó ubicado a unos 25m. de lugar del reposo final de la camioneta, con ambas manos extendidas de cara al cielo, cuerpo extendido con los pies juntos, mostrando ambos talones con pérdida de piel, no teniendo nada de esto ni en el rostro ni en el cráneo, encontrándose descalzo. El cuerpo de Angelelli fue arrastrado hacia dicho lugar, lo que permite inferir intervención posterior de parte de sus autores, la camioneta presentaba una goma desinflada cuya cámara tenía un corte de 13cm, lo que no fue causa del vuelco.
Por lo expuesto, este Juzgado de Instrucción, en lo criminal y lo correccional de La Rioja resuelve:
Declarar que la muerte de Enrique Angel Angelelli no obedeció a un accidente de tránsito, sino a un homicidio fríamente premeditado y esperado por la victima.
(Extracción del Dictamen de la Resolución Judicial -  19 de junio 1986)

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